A veces sueño con la Caldera

Siendo un poemario, esta es una historia con un principio y un fin. Un viaje iniciático emplazado en un escenario aislado, contundente y sobrecogedor, que marca a todo aquel que se atreve a transitarlo. La Caldera aquí se convierte en un personaje más, mera observadora de las vidas que quedan ancladas a ella en su empeño por explorarla y comprenderla. Esta no es más que la simple historia de otra de esas vidas, que llegó a La Caldera llena de miedo y se fue creyendo que lo había visto desaparecer. Un lugar lleno de luces y sombras, de una idiosincrasia que lo abarca todo, de sacrificios adictivos y de almas llenas de secretos hermosos. Riscos, pinos y trillos conjugan un vocabulario tan endémico como el patrimonio natural que alberga. Este libro solo quería ser un desahogo de las tribulaciones diarias de una trabajadora de campo, y terminó siendo un personal y muy humilde homenaje a este paisaje y sus habitantes.